Esperanza de progreso y mejoría económica llega para un grupo de mujeres de aquí que se han constituido en microempresarias, con el apoyo del Instituto Nacional de la Aguja –INAGUJA- y el Gobierno dominicano.
Veinticinco mujeres de barrios de El Seibo componen cinco microempresas de costura, y recibieron un préstamo de alrededor de 200 mil pesos cada grupo en máquinas de coser, mesa de corte, tabla para planchar y plancha, entre otros equipos.
Este préstamo será pagado en tres años con un interés anual del 5%, lo que incluye un año de gracia. Durante la presente gestión gubernamental, el presidente Danilo Medina ha establecido políticas de préstamos que permiten ejecutar acciones dirigidas a mejorar el desarrollo de pequeños grupos organizados.
“Estas mujeres se han capacitado desde hace varios años en los distintos cursos que impartimos, sin que hasta el momento pudieran sacar provecho en su propio pueblo a esta capacitación”, indica la licenciada Luisa Ramírez, directora de INAGUJA, y gestora de este proyecto.
Durante los dos últimos censos nacionales, El Seibo muestra un índice de masculinidad por encima del índice nacional, lo que podría ser resultado de la emigración de mayor cantidad de mujeres que de hombres en busca de empleo.
De acuerdo con Maika Valdez, coordinadora de la microempresa de Ginandiana, la misma significa una oportunidad de crecimiento para las mujeres que la integran, así como para otras que están capacitadas y que también tendrán participación. Las microempresas están ubicadas en Ginandiana; El Retiro; La Manicera; Villa Guerrero y Las Quinientas, e incluyen mujeres de distintos barrios.
Estas mujeres no son las únicas favorecidas, tal como señala la directora de INAGUJA, “actualmente tenemos 45 microempresas distribuidas en el Gran Santo Domingo, Santiago y El Seibo”.
Con este proyecto, las mujeres tienen un trabajo que les generará ingresos, y al mismo tiempo la seguridad de poder pagar el préstamo.
“Establecimos contacto con el departamento de Bienestar Estudiantil, del Ministerio de Educación, para que se nos otorgue la fabricación de los uniformes escolares, los cuales serán cortados en nuestros talleres y enviados a las microempresas para coserlos”, indica Ramírez.
Destaca que de acuerdo con los cálculos realizados, luego de descontado el monto a pagar por el préstamo, las microempresarias tendrán unos ingresos propios que les permitirán mejorar sus condiciones de vida, así como seguir expandiéndose si lo desean.
“Es una forma de que la mujer mejore su situación económica y la de su familia con un ingreso que les permita vivir dignamente, esto significa una oportunidad de crecimiento, porque además de los uniformes escolares, estas mujeres están en capacidad de realizar trabajos locales”, considera Reina Febles, coordinadora del proyecto en El Seibo.
Una opción que las microempresarias están dispuestas a provechar, según expresa Maika Valdez: “Necesitamos el apoyo local, de nuestra gente, ahora que están reconstruyendo el hotel Santa Cruz nosotras estamos en capacidad de hacer toda la ropa y lencería que requiere, como cortinas, sábanas, los uniformes de la empleomanía, hasta la tapicería”.
Afirma que también pueden hacer los uniformes de colegios privados, por lo que invitan a las instituciones locales a brindar su apoyo al desarrollo de las microempresas de El Seibo.
Por Melania Febles de Primicias
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